martes, 6 de marzo de 2012

Cae la planta.-


Cae cae la planta hasta el fondo, los dedos arañan las paredes del presente, pero la planta pesa más y cae cae y sigue cayendo arrastrando consigo a sus amigos.
Cae la planta y pisa el pasado, cae la planta y el presente se torna confuso, los ojos se nublan y la cabeza es humo, humo gris, humo en sepia, el corazón tornasol, atrapado en el temor, confusión y clamor.
El pie se arrepiente, lo condenan por ir con frecuencia a la cordillera y al mar, a la vez, sin orden, en desorden, se estira el elástico hasta que golpea, es cuando satán no es tan vivaracho ni los santos tan puros.
Cayendo surge el arrepentimiento y la película se aclara y no es sepia, tornasol, y el rostro se paraliza con toque de vergüenza y no hay saber ni querer, si mirar allá o acá.
Las letras ya no son cursivas y están en color, un dejo de torpeza envuelve el contenido y el corazón flota entre carcajadas de payasos burlones pero pintorescos.
Lo malo no es tan malo, lo bueno puede ser mejor, pero la mariposa no ha perdido su color y el farol aún brilla, es entonces cuando nadie sabe porque el tiburón tiene tanto odio o por que las serpientes tienen veneno, es entonces cuando los granos de arena se desconocen y los pájaros vuelan cada uno en sentido diferente.
Detenido en el meollo del asunto, se sabe que es lo que se debió hacer al comienzo, pero la planta ya ha caído, pisa hasta el fondo del barro y no hay que hacer. Pero en las ciudades hay muchos peces y muchas plantas corren sin caer, oportunidades como plantas, plantas como oportunidades. Algo hay que hacer, quizás mañana es mas verde y menos gris.-

{P.A}

No hay comentarios:

Publicar un comentario