miércoles, 29 de agosto de 2012
Un copihue y una flor.-
Un copihue y una flor hablaban de deudas.
Te debo algo ¿qué apostamos? ¿Dónde jugábamos cuando cantábamos?
Te debo algo, me siento insensata ¿Qué ganamos? Resulta que ya nada es claro.
Las vertientes no están presentes ¿Qué campos y parajes riegan hoy? Las hojas ya no son perennes.
Un copihue y una flor hablaban del perdón, un copihue y una flor hablaban de utopías, hablaban del futuro eterno, que no se pronuncia, que no se limpia, no camina, está sentado, esperando, no ha llegado su momento.
Un copihue y una flor hablaban de la claridad, de la amistad, del cariño desdibujado, de la dulzura. La flor me contaba la verdad, herida por pétalos arrancados por realidad, mientras su polen reparte magia en algún lugar, porque algo deja, alguna moraleja y alguna sonrisa sincera. El copihue me hablaba de la pasión, de lo oculto, de lo evidente, de la nubosidad.
Un copihue, solidario, valiente, oculto en la cordillera, me hablaba de las fronteras, oculto entre las espinas, tras los árboles, pisoteado por lagartijas y mascado por tarántulas.
Una flor, deslumbrante, colorida, hija del arcoíris, hija del sol, ella pasa, ella hermosa, banal. Está, siempre ha estado, adornando los prados.
Un copihue y una flor, hablaban de los errores. Un copihue y una flor, hablaban… hablaban, ya no hablan, sólo cantan.-
{P.A}
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