jueves, 19 de julio de 2012
Sueño de noche.-
Se apagan las luces, se guardan los disfraces y sólo somos la noche y yo y las palabras, en la mente.
Depositando tal confianza en hielo que cubre el mar, suspirando como pez globo por lo desconocido pero conocido, sonriendo con los colores, los recuerdos, el abrazo, ese que fue y ahí quedo como fotografía de marzo.
Y quiero gritar al viento que me emociono con un recuerdo pintoresco del ayer, me rio con letras y me ilusiono con un presente enredado en un cubo que gira y gira y circula por parajes amenos, pero sigue enredado, ofuscado pero el lugar está templado y lo malo nunca es tan malo y lo bueno se disfruta, como las frutillas en verano o como las fogatas de montaña.
En silencio, risas en silencio, corre la lista de música esa que te achina los ojitos y te hace suspirar y vuelves a sonreír.
Siento lo que siento pero tiemblo por dentro. Río con el viento y con el carnaval de sueños dispersos que corren por aquí y por allá y contemplan el oleaje del mar y nadan con los peces rápido muy rápido como un aleteo de mariposa.
Amanece, cantan los pajaritos, se enciende la luz. Despierto del largo sueño y ya todo es normal.
P.A.-
Pensamientos.-
De pronto llega ese momento en tu vida, ese momento que conoces pero no asumes y piensas y sueñas con lugares nuevos y más atardeceres, pisar nuevas arenas y construir nuevos castillos no de cemento sino de sentimientos, pensamientos, meditaciones y proyectos. Hablo de ese momento que tu pecho se hincha de ideas y luego se desinfla de desilusión cuando te das cuenta que no fue más que un momento glorioso de esos de películas en lo que se piensa y se hace, en los que las ideas son concretadas y el final es feliz y perfecto.
A veces me pregunto ¿a qué le temes? A veces me pregunto ¿por qué tantos tabúes y excusas?, por qué leer el párrafo antes de enviarlo y no solo pensarlo y si hay una falta que importa, sólo exprésate.
Creo saber que dependes, del tiempo, de los infortunios y la compañía, a veces creo que dependes de la cercanía, de las miradas, a veces siento que te adaptas mucho. Te sentirías un poco más liviana si respiraras más profundo y rompieras más reglas, quizás así no habría vacíos o reproches de por qué.
Cuando estudias mucho el guion de la obra todo sale al pie de la letra, pero es aburrido y al final de la actuación no disfrutas los aplausos porque todo ya es predecible, no hay destellos impredecibles, no hay chascarros divertidos y no hay anécdotas, porque todo es pauta pauta pauta, como un desfile.
¿Qué sentido tiene caminar sin tropezar? ¿Qué sentido tiene volar y aterrizar sin chocar?, siento que si disfrutaras tus ideas tanto como disfrutas los árboles de otoño o te ríes con eso tanto como cuando vez a los cachorros correr, la vida sería más liviana, más sensata y un poco más divertida, sin momentos de cuestionamiento.
Y de pronto te das cuenta que te encanta tomar decisiones pero te escondes en temores, barreras y cadenas.
P.A.-
Sonrisas en silencio.-
Ese extraño sentimiento a ratos siútico que te lleva al cielo y la burbuja se revienta y te estremeces entre langostas pellizcándote las ilusiones y los pensamientos.
Las risas en el aire, en los recuerdos, en las caminatas y en las noches locas que van y no vuelven que se pierden en el tiempo de recuerdos, sin tormentos en silencio.
El cuerpo no sabe si reír o atemorizarse. Son noches creativas conversando con la almohada y riendo con las historias de niña que no piensa en un futuro.
Son palabras que inflan el pecho e historias de horas y des-horas, anécdotas que desaparecen junto a las sonrisas esporádicas porque se encuadran en el marco con destello sin anhelo de realidad, sin anhelo de posibilidad.
Las casualidades que aparecen cuando no es momento de pajaritos ni sol brillando en tus ojos, en tus ideas, las casualidades que aparecen cuando no es tiempo de sumergirse en la naturaleza con guitarras sonando ni canciones al oído.
De pronto se acaban las palabras, las anécdotas, las historias y las risas a carcajadas y flota la preocupación ahí adentro de tu cuerpo y la mente se lo cuestiona.
Es raro, es siútico, cursi, suspiros, la silueta de en frente te integra a sus cuentos, su arte, su mundo y sus colores. Y la sombra se acorrala, se cuestiona la espontaneidad y la fluidez de las ideas y las buenas intenciones. La inestabilidad de la sombra por la bondad de esos ojos que brillan y esa boca que sonríe al verla.
Lo ve la multitud, lo ve la cercanía pero no lo ven sus ojos, que aún son difíciles de descifrar porque quizás la sombra busca en un lugar donde no hay qué encontrar o quizás sí pero no hay retorno ni futuro para ese tesoro.
Y lo extraño es que suspiras y vuelves a suspirar y las mejillas se inflan con una idea que no se ha de concretar porque no tiene un final feliz.
De pronto el tiempo es relativo y las ideas sin pautas giran como remolinos y la realidad se cae como aluviones en invierno.
Y entre otra risa, sacudón y cara seria, la sombra se vuelve a cuestionar los danzares de las palomas y los saltos de los grillos y no entiende por qué los ojos la integran a su mundo a su vida a sus ideas y proyectos con esa espontaneidad y bondad.
Y el alma ríe y vuelve a sonreír y nada en los recuerdos de una noche pegajosa en las ideas, en los árboles y es confuso el peso de las raíces y la sombra no sabe si le pesa bastante más de lo que realmente fue, se cuestiona sí es correcto cuestionarse y sonreír a esa ilusión, no sopesa la realidad, sí el temor.
Esa alegría extraña pero dulce, es mejor dejarla fluir entre los límites de la realidad y la conciencia y desbandada en la inocencia de los sueños.
El cielo, la vida, la noche, la sombra no sabe cómo expresar la felicidad cuando las palabras ríen y cuando tu alma se llena de felicidad, felicidad imaginaria porque las sombras viven, disfrutan o sobrevuelan un mundo lejano pero cercano de dicha y alegría. La historia se ha armado con palabras y sonrisas, la historia no sabe si es historia o tiene hojas para ser contada, ni siquiera sabe si existe un puño que la quiera dar a conocer, porque la historia brilla y se espuma en los sueños y en la niebla.
Y de pronto la confusión y las preguntas se desinflan y ahora solo se llama dicha, sin explicaciones, ilusiones ni por qué, las historias solo son dicha y espontaneidad. A veces es mejor no entender y sólo sonreír.
P.A.-
jueves, 12 de julio de 2012
Descargo a las injusticias.-
Hoy lloro por la vida, por las injusticias, por la mala suerte, por el karma mal asignado. Lloro por las desigualdades y las inequidades, lloro por las almas diambulantes en el frio, sin rumbo, sin destino, bajo cobijas desgastadas y miradas amargas, tristes, podridas por dolor.
Lloro por los accidentes equivocados, por el cinismo, los abusos, el poder mal jugado y el sudor mal gastado, lloro por los sueños agrios y las voces grises, el trabajo forzado y el sufrimiento obligado.
No todo es gris, lo siento amiga mía pero lo gris arranca profundos trocitos de corazón, cada vez con más fuerza, sin clemencia de inocencia.
Por qué lloran los niños? ¿Por qué lloras ángel?, el desenlace no era así, el cuento que me contaron de pequeña era que crecías, reías, sentías, sufrías poco y reías a destajo, el cuento no era así ¿ahora a quién le reclamo? Con quien me quejo porque no entiendo, la vida, el destino, los temores obligados, las defensas infundadas. ¿Por qué sufre la inocencia? Si no ha hecho nada más que ilusionarse y creer en las megas estructuras.
Caen lágrimas, cae el cielo, cae el cuero, hay destellos, pero lloro por las injusticias, la rabia come las esperanzas y a ratos el optimismo suena como pan y circo y el estoicismo huele a papel quemado, desparramado en el cielo.
Lloro en el sereno, con el fuego consumiendo el cigarro, como las sociedades a las personas.
No entiendo el túnel oscuro del presente mal fundado y el futuro no planeado, desgarrado. No comprendo el comportamiento de las estatuas, sin corazón, sin pellejo, huesos duros, huesos tiesos, huesos avaros con corbata, con educación, con vocablo, con poder mal fabricado.
No hay respuestas, no hay consuelo, pues reclamo al aire, al cielo, al viento, a ese que se lleva las alegrías, solo remolinos remueven la conciencia absurda de las tristezas entrampadas en lo más profundo del cuarto sentimiento, el de la injusticia. Viento, aire, ese que se va y viene, dame una respuesta, sopla mis demandas, mis frustraciones a la atmósfera, a los estigmas, pero que alguien limpie la tela de araña porque los niños lloran hoy, las madres, los hijos, los viejos, los nuevos. Que alguien limpie la tela de araña, porque alguien grita hoy, grita sin eco, sin volumen, sin sentido.
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