miércoles, 13 de noviembre de 2013
Viciado.-
Hipocampos han nadado en los mares de ilusiones y las libélulas con sus cantares han surcado por vientos de la costa. Todo ha sido ameno, todo está sereno, hasta que llega la tormenta.
Nada es claro. Todo opaco. Se destiñen las miradas y aquí ha pasado todo, las emociones reprimidas y las risas compartidas no se minimizan con el peso de la conciencia, flotan con el poder de la inocencia y la ilusión. Se destiñen las miradas y aquí no ha pasado nada.
Cuando caes en el vicio de la torpeza y los errores, los caminos ya no dan serenidad. Cuando algo se vicia, se trizan las paredes del refugio y el sol ya no es el mismo. Ilumina tus caminos, pero ya no da calor, todo es difuso, confuso.
Vuelan promesas sin sentido, vuelan proyecciones sin sonido. Tratamos de esconder las manchas bajo la alfombra, pero la ventisca esparce la suciedad por el hogar y cubre nuestros cuerpos. ¡Nos hemos contaminado!.
Los ruidos se tornan perturbadores, las ilusiones son mosaicos y el futuro se trunca porque es ambiguo.
Cuando algo se vicia, es mejor no seguir.
{P.A}
lunes, 11 de noviembre de 2013
domingo, 10 de noviembre de 2013
Chapoteando en el charco.-
He cometido errores, he cometido errores, ¿Cómo borrarlos?, ¿Cómo apagarlos?, aquello es lo difuso, inconcluso en mis palabras incongruentes con historias e ilusiones que revolotean los jardines.
Camino sobre los charcos y nado en ellos, me resbalo con el lodo y sigo patinando, inestable, vulnerable. Es como emprender un viaje en un bote sin remos, con truenos y todo queda a la deriva. Sabes a lo que te arriesgas, pero aún sigues el curso.
Arenas movedizas sin sogas para escapar, ríos corrientosos sin brazos para nadar. Sonrió en vano, cuestiono en la incongruencia. Me miento a mí misma y enjuicio mis decisiones, que van mal muy mal, chapoteo con la culpa en el charco de la inconciencia.
Hay un monte ahí afuera, verde azul, verde anaranjado y aquí estoy en vano, cubierta con lodo de cabeza a pies. Como una loca de atar que sabe que sus sinapsis son difusas, en el viento, pero se engaña sola danzando en una falsa felicidad, inventada, creada. Sigo el día sugestionada, cansada, privada del sentir real porque desconozco, un rayo de luz me permite asomar la cabeza sobre el charco, pero todo es ambiguo, oscuro. No me arriesgo, sigo chapoteando en el charco de la incongruencia, reprochándome.-
{P.A}
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